Hola, Mario:
en A, el jinete está en su montura mirando hacia adelante: su caballo está herido, pero el jinete todavía no se da vuelta para enfrentar al legionario a su espalda;
en B el jinete se dio vuelta mientras el legionario está a punto de golpearlo;
en C el caballo está derrumbándose
per el jinete todavía está en su montura: es desarmado y sin defensa, pues su escudo se cayó al suelo; sin embargo se da vuelta hacia el legionario y sin rendirse intenta luchar con las manos desnudas;
en D el jineta ya ha sido golpeado
por el
hasta del legionario y
cae tendido
por encima de su caballo: todavía mira hacia el legionario;
en E el jinete empieza a caerse del caballo: herido, todavía intenta mantenerse ergido apoyándose al caballo moriente para seguir enfrentando al legionario y con su mano desviar el
hasta con que están a punto de golpearlo nuevamente;
en F el jinete cayó al suela, casi sentado, está moriendo y tiende
sus brazos hacia el legionario en un gesto de rendición, mientras el legionario apoya la punta de su
hasta en el pecho del jinete para rematarlo;
en G el jinete se ha puesto de rodilla, casi suplicando al legionario de dejarlo con vida;
en H el jinete se ha caído hacia adelante y parece intentar inútilmente de arrancarse, mientras el legionario un vez más está a punto de golpearlo
por la espalda con su
hasta;
en I el jinete, muerto, yace al suelo al costando de su caballo.
Son moneditas muy pequeñas y modestas, y sin embargo nos donan una de las escenas nás vivas y dramáticas de
toda la monetación romana, que a partir del II siglo se había puesto muy estereotipada, ripetitiva y aburrida. Desde luego, son ideas muy personales
Peukayeal peñí,
Antvwala