HOla amigos, en mi caso me gusta tocar lo menos posible las monedas, si uso aceite, agua, jabón, cepillo de dientes, cepillos de acero, bronce o plástico duro y en casos extremos he utilizado la electrólisis, el calentarlas en el horno, el enfriarlas en el frizer, y tengo un mini-torno de mano con velocidad variable que uso con cierta frecuencia.
Bueno creo que suena como una contradicción el decir que las toco lo menos posible y después digo que uso semejante artillería. El tema es así. Yo limpio las monedas
hasta poder atribuirlas, es decir, las monedas cuya pátina me permite leer las leyendas así quedan, pero aquellas en las que se han hecho depósitos de concreto, trato de limpiarlas,
hasta llegar a conocerlas.
Por supuesto que he destruido varias, en casi todos los casos
por desconocimiento o atolondramiento (poca paciencia), pero
por suerte han sido las menos.
Respecto a las monedas ya atribuidas en mi colección tengo en todos los estados de conservación imaginable, desde las que he adquirido en muy buen estado,
hasta aquellas que he rescatado de dentro de una piedra, y todas para mi son un pedacito invaluable de la
historia. Todas aún las menos conservadas, su estado para mi solo me dice lo bien o mal que la pasaron
hasta llegar a mis manos.
Chau
Mario